Cada cierto tiempo, los valencianistas oímos o leemos noticias sobre la ATE como si del cuento del lobo se tratara. ¡Qué caduca la ATE! Rezan algunos. En los últimos días, un informe de la abogacía de la Generalitat ha vuelto a remover las aguas, estipulado que lo que procede es declarar la caducidad o sustituir el promotor para que termine el campo. Pero, ¿qué significa esto?
La ATE es una suerte de contrato público con la Administración al que el Valencia CF accedió en unas muy buenas condiciones para tener un estadio nuevo y unas parcelas que explotar como terciario. El hecho de que aún no se hayan reanudado las obras, significa haber desaprovechado una oportunidad única, ya que las condiciones de la ATE para el club son muy favorables. La gestión del Valencia por parte de Meriton es muy cuestionable en el ámbito deportivo, pero es en lo económico y patrimonial, es donde están acabando por destruir al Valencia CF.
La ATE, como cualquier contrato, requería al Valencia una serie de obligaciones que debía cumplir en diferentes plazos. Estos plazos se prorrogaron por la crisis económica hace unos años, pero con la inversión de Lim, todo indicaba (o eso nos quisieron hacer creer) que el campo se terminaría. La Administración Pública dio al Valencia hasta 2021, para cumplir con los primeros requisitos de la ATE, que eran la construcción del pabellón de Benicalap y el comienzo de las obras del Nou Mestalla, o al menos mostrar intención de ello.
Como estos dos requisitos se han incumplido, ya tenemos el lío legal montado. Algunos comentan que lo que procede es declarar la caducidad de la ATE y que por tanto, el Valencia se quede sin los privilegios que le concedía, perdiendo así decenas de millones en patrimonio, mientras hay otros que piensan que lo correcto es esperar al incumplimiento del último plazo, en 2025, para tomar estas medidas tan drásticas.
La ley ampara a la Administración para tomar la decisión que crea más oportuna al respecto de la ATE, por lo que a los aficionados, no nos queda otra que agrupar nuestras acciones y llegar al 5% para demandar esta inacción que puede suponer la ruina para el Valencia. La Ley de Sociedades de Capital permite a los accionistas minoritarios interponer una acción social de responsabilidad que obligaría a los actuales gestores a indemnizar al club por los daños patrimoniales sufridos, así que es el momento de unirnos y evitar la catástrofe.