No gastaré ni un segundo en emitir juicio alguno sobre la figura de Bordalás por el mismo motivo por el que tampoco dije nada de Javi Gracia. Estamos en guerra, nos encontramos en un escenario especialmente complejo ya que el enemigo lo tenemos dentro de casa, tomando las decisiones. O Meriton o nosotros. No hay más. Quienes queremos bien al València sabemos cual es nuestro lugar, ése que se ubica justo enfrente del tirano.

Nuestras armas son precarias y mucho más pobres, pero la insistente lucha que estamos llevando a cabo, poco a poco va haciendo mella. Al entrenador alicantino (contra él que no tengo nada, qué quede claro) lo han presentado tan sólo diez dias después de finalizar la Liga. Desde el club filtraron su llegada la misma tarde en la que Queralt daba una charla en el Ateneo Mercantil. Meriton está nervioso, a ritmo lento pero seguro vamos haciendo camino.

El mismo dia que tuvo lugar la manifestación por la liberación del VCF salió a la luz una entrevista concedida por Peter Lim al Financial Times. No fue una casualidad, sin embargo el discurso mal educado y soberbio del máximo accionista sólo logró cargarnos todavía mas de razones a quienes asistimos a la marcha. Así es Meriton, la dictadura de un niño mal criado que patalea cuando le llevan la contraria.

Los colectivos De Torino a Mestalla y Libertad VCF, cada uno con su estilo, están desarrollando una labor encomiable. La vía judicial amedrenta al más pintado. Y es de agradecer que esta ofensiva contra Meriton por tierra mar y aire se haga con transparencia, advirtiendo a la afición de las situaciones delicadas que se pueden derivar de la misma.

No obstante, llegados a este punto de máxima decadencia, no nos deben temblar las piernas. Hago mio el eslogan que popularizó hace diez años el movimiento del 15M. Sin presente, sin futuro, sin miedo. La nota surrealista en estos días la ponen quienes desde las redes sociales nos dicen que debe prevalecer el apoyo al equipo, que a pesar de todo debemos animar a los jugadores y al nuevo cuerpo técnico.

En la gran familia valencianista cabemos todos, faltaria más, pero no debemos consentir que nadie nos dé vacias lecciones de “sentiment”. Precisamente en nuestro compromiso subyace un amor puro y sincero por el club. Estamos invirtiendo tiempo y dinero, que no nos sobra, en esta causa. Sobra decir que nuestro valencianismo es a prueba de bombas. No podemos saber cómo de empedrado será el camino pero sí nos mantenemos firmes nuestra travesía nos conducirá a un futuro mejor para todos. Sin aspavientos ni discursos mesiánicos, el trabajo arduo y silencioso devolverá al Valencia al lugar que nunca debió abandonar. AMUNT SEMPRE!

AUTOR: DANIEL SOLER

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